Hace año y medio publicamos un artículo titulado ¿Feminista, yo? No, gracias repasando la nómina de mujeres
de la esfera pública que no se identifican con la etiqueta y/o que
suelen usar algún tipo de oración adversativa cuando se les pregunta al
respecto: "Creo en la igualdad de la mujer PERO" o "Me encantan las
mujeres fuertes PERO" (¿y las que no lo son?). Ahí estaban Taylor Swift,
Katy Perry, Carla Bruni, Belén Rueda, Marissa Meyer, Melisa Leo, Lady
Gaga, Demi Moore y Juliette Binoche en un recuento rápido.
Varias cosas han pasado desde entonces. La primera es que, debido a que el feminismo ha escalado posiciones en la lista de prioridades de la agenda mediática en los últimos tiempos, la pregunta se ha hecho casi obligatoria, algo que molesta a alguna de esas entrevistadas, que preferirían hablar de lo suyo y no de su género. La segunda es que, a pesar de esa preminencia del debate, la confusión permanece. A juzgar por muchas declaraciones, pocos tienen clara la definición de la RAE que ya dábamos entonces y repetimos: "teoría de la igualdad política, social y económica entre sexos".
Así que la lista de femiescépticas ha ido aumentando. En ella están, casualmente, dos de las estrellas del verano: Shailene Woodley, que estrena hoy en España la película Bajo la misma estrella, el taquillazo de la temporada en Estados Unidos y protagonizó también Divergent, y Lana del Rey, cuyo segundo álbum, Ultraviolence, se colocó hace unas semanas en el número 1 de la lista Billboard y que actúa este fin de semana en el Vida Festival de Vilanova i la Geltrú (Barcelona).
La primera optó por el clásico "no soy feminista porque amo a los hombres" en una entrevista que concedió a la revista Time. Y añadió: "Creo que la idea de tomar el poder y sacar del poder a los hombres nunca va a funcionar porque se necesita equilibrio. Yo misma me siento muy en contacto con mi lado masculino, me siento 50% hombre, 50% mujer". Woodley aclara que ella no está por el feminismo pero sí por la sororidad: "No sé cómo las mujeres esperamos que los hombres nos respeten cuando no nos respetamos ni las unas ni a las otras. Hay mucha envidia, comparaciones y celos. Eso es tonto y me parte el corazón".
El problema que tiene con el feminismo Lana del Rey, a quien a menudo se ha acusado de fetichizar la sumisión de las mujeres en sus canciones y de perpetuar estereotipos como "la novia del gangster", es que sencillamente le aburre. O eso dijo en una entrevista con la web The Fader: "para mí, el asunto del feminismo no es un conepto interesante. Estoy más interesada en, no sé, SpaceX y Tesla o qué es lo que va a pasar con nuestras posibilidades intergalácticas. Cada vez que alguien saca el tema del feminismo pienso 'oh Dios, no me interesa". Así que no le vengan a Lana que si igualdad salarial, que si La mujer eunuco, que si aborto libre y gratuito. Que bosteza.
Otra estrella del verano, Dolly Parton, que triunfó hace una semana escasa en Glastonbury, decepcionó a quienes la habían aupado a icono del movimiento por canciones como 9 to 5 con sus palabras en la revista Bust. Cuando le preguntaron si se consideraba feminista, contestó: "Me considero mujer y me considero alguien que es tan lista como cualquier hombre que conozco. No creo que haya que juzgar a alguien por ser hombre, mujer, blanco, negro, azul o verde. (...) Amo a los hombres, amo a las mujeres y estoy orgullosa de ser una".
Cada vez que se publican declaraciones de éste tipo (como cuando Kirsten Dunst dijo que "a veces necesitas a tu príncipe azul. Un hombre es un hombre y una mujer es una mujer y así funcionan las relaciones") se produce una minitormenta mediática que va de las webs feministas a los medios mainstream y un pequeño reguero de artículos y comentarios, generalmente censurando la actitud de estas artistas.
Y muchos inciden en que estas mujeres quizá no han entendido de qué están hablando. ¿Al final se trata de una cuestión semántica? Nuria Varela, autora del libro Feminismo para principiantes, cree que no. "No es eso, es una cuestión de poder. El feminismo es una teoría crítica que cuestiona el poder establecido y que ya nació desacreditado (..) El coste de declararse feminista sigue siendo elevado, especialmente para las mujeres porque no hay nada que moleste más que una feminista inteligente y atractiva, y muchas no lo quieren pagar". Varela sí cree sin embargo que "existe un gran desconocimiento. Lógico porque está casi vetado de la Universidad. Uno puede licenciarse en Filosofía, Historia o Derecho sin conocer un sólo título de Teoría Feminista" y que pronunciar en público la-palabra-que-empieza-por-f "es como soltar una bomba. La dices y empieza el lío. Pocas palabras tienen esa capacidad polémica".
Por cada Kirsten, Shailene y Lana hay una Lorde, Lena, Beyoncé o Miley que sí se declara feminista. ¿Es necesario que lo hagan?, ¿tenemos que convertir en modelo a seguir y portavoz social a una chica de 21 años que acostumbra a no llevar pantalones encima de la ropa interior? "No, no están obligadas. A mí me gusta escuchar a mujeres inteligentes y con éxito que se definen como lo que son y no tienen miedo. Pero el feminismo es una teoría de la igualdad y la libertad. Quiero decir que no hemos llegado hasta aquí para ponermos aún más obligaciones. Unas mujeres sentirán el deseo y tendrán la fuerza para ser activistas y otras no, lo importante es que sean mujeres libres en sus vidas públicas y privadas".
Otras tienen menos paciencia con las negacionistas. Lena Dunham asegura que no odia nada tanto en el mundo como "Las mujeres que dicen 'no soy feminista'. ¿Crees que las mujeres deberían cobrar lo mismo por hacer el mismo trabajo?, ¿Crees que las mujeres deberían salir de casa y que hombres y mujeres tienen los mismos derechos? Bien, entonces eres feminista. A mí misma me daba vergüenza denunciar la misoginia porque entonces te ven como la chica quejica que no sabe superarlo. Pero lo cierto es que no tenemos que dejarlo pasar hasta que nos hayamos hecho oír".
Varias cosas han pasado desde entonces. La primera es que, debido a que el feminismo ha escalado posiciones en la lista de prioridades de la agenda mediática en los últimos tiempos, la pregunta se ha hecho casi obligatoria, algo que molesta a alguna de esas entrevistadas, que preferirían hablar de lo suyo y no de su género. La segunda es que, a pesar de esa preminencia del debate, la confusión permanece. A juzgar por muchas declaraciones, pocos tienen clara la definición de la RAE que ya dábamos entonces y repetimos: "teoría de la igualdad política, social y económica entre sexos".
Así que la lista de femiescépticas ha ido aumentando. En ella están, casualmente, dos de las estrellas del verano: Shailene Woodley, que estrena hoy en España la película Bajo la misma estrella, el taquillazo de la temporada en Estados Unidos y protagonizó también Divergent, y Lana del Rey, cuyo segundo álbum, Ultraviolence, se colocó hace unas semanas en el número 1 de la lista Billboard y que actúa este fin de semana en el Vida Festival de Vilanova i la Geltrú (Barcelona).
La primera optó por el clásico "no soy feminista porque amo a los hombres" en una entrevista que concedió a la revista Time. Y añadió: "Creo que la idea de tomar el poder y sacar del poder a los hombres nunca va a funcionar porque se necesita equilibrio. Yo misma me siento muy en contacto con mi lado masculino, me siento 50% hombre, 50% mujer". Woodley aclara que ella no está por el feminismo pero sí por la sororidad: "No sé cómo las mujeres esperamos que los hombres nos respeten cuando no nos respetamos ni las unas ni a las otras. Hay mucha envidia, comparaciones y celos. Eso es tonto y me parte el corazón".
El problema que tiene con el feminismo Lana del Rey, a quien a menudo se ha acusado de fetichizar la sumisión de las mujeres en sus canciones y de perpetuar estereotipos como "la novia del gangster", es que sencillamente le aburre. O eso dijo en una entrevista con la web The Fader: "para mí, el asunto del feminismo no es un conepto interesante. Estoy más interesada en, no sé, SpaceX y Tesla o qué es lo que va a pasar con nuestras posibilidades intergalácticas. Cada vez que alguien saca el tema del feminismo pienso 'oh Dios, no me interesa". Así que no le vengan a Lana que si igualdad salarial, que si La mujer eunuco, que si aborto libre y gratuito. Que bosteza.
Otra estrella del verano, Dolly Parton, que triunfó hace una semana escasa en Glastonbury, decepcionó a quienes la habían aupado a icono del movimiento por canciones como 9 to 5 con sus palabras en la revista Bust. Cuando le preguntaron si se consideraba feminista, contestó: "Me considero mujer y me considero alguien que es tan lista como cualquier hombre que conozco. No creo que haya que juzgar a alguien por ser hombre, mujer, blanco, negro, azul o verde. (...) Amo a los hombres, amo a las mujeres y estoy orgullosa de ser una".
Cada vez que se publican declaraciones de éste tipo (como cuando Kirsten Dunst dijo que "a veces necesitas a tu príncipe azul. Un hombre es un hombre y una mujer es una mujer y así funcionan las relaciones") se produce una minitormenta mediática que va de las webs feministas a los medios mainstream y un pequeño reguero de artículos y comentarios, generalmente censurando la actitud de estas artistas.
Y muchos inciden en que estas mujeres quizá no han entendido de qué están hablando. ¿Al final se trata de una cuestión semántica? Nuria Varela, autora del libro Feminismo para principiantes, cree que no. "No es eso, es una cuestión de poder. El feminismo es una teoría crítica que cuestiona el poder establecido y que ya nació desacreditado (..) El coste de declararse feminista sigue siendo elevado, especialmente para las mujeres porque no hay nada que moleste más que una feminista inteligente y atractiva, y muchas no lo quieren pagar". Varela sí cree sin embargo que "existe un gran desconocimiento. Lógico porque está casi vetado de la Universidad. Uno puede licenciarse en Filosofía, Historia o Derecho sin conocer un sólo título de Teoría Feminista" y que pronunciar en público la-palabra-que-empieza-por-f "es como soltar una bomba. La dices y empieza el lío. Pocas palabras tienen esa capacidad polémica".
Por cada Kirsten, Shailene y Lana hay una Lorde, Lena, Beyoncé o Miley que sí se declara feminista. ¿Es necesario que lo hagan?, ¿tenemos que convertir en modelo a seguir y portavoz social a una chica de 21 años que acostumbra a no llevar pantalones encima de la ropa interior? "No, no están obligadas. A mí me gusta escuchar a mujeres inteligentes y con éxito que se definen como lo que son y no tienen miedo. Pero el feminismo es una teoría de la igualdad y la libertad. Quiero decir que no hemos llegado hasta aquí para ponermos aún más obligaciones. Unas mujeres sentirán el deseo y tendrán la fuerza para ser activistas y otras no, lo importante es que sean mujeres libres en sus vidas públicas y privadas".
Otras tienen menos paciencia con las negacionistas. Lena Dunham asegura que no odia nada tanto en el mundo como "Las mujeres que dicen 'no soy feminista'. ¿Crees que las mujeres deberían cobrar lo mismo por hacer el mismo trabajo?, ¿Crees que las mujeres deberían salir de casa y que hombres y mujeres tienen los mismos derechos? Bien, entonces eres feminista. A mí misma me daba vergüenza denunciar la misoginia porque entonces te ven como la chica quejica que no sabe superarlo. Pero lo cierto es que no tenemos que dejarlo pasar hasta que nos hayamos hecho oír".
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